El siguiente artículo revela pruebas científicas del poder de nuestra imaginación. Con la ayuda de la hipnosis podremos utilizar este poder para planificar, decidir y ensayar mentalmente aquellos pensamientos, emociones y comportamientos deseados que, por cualquier motivo (falta de modelo a seguir, experiencia o condicionamiento, entre otros), aún no pertenecen a nuestro repertorio personal.
Mientras sepamos que son realistas, saludables y manejables, no hay prueba científica alguna de que no podemos lograrlos.
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«Mi estudio favorito sobre el cerebro, revela un secreto sorprendente”…
Uno de mis estudios favoritos sobre el cerebro, fue realizado en 2014 por Brian C. Clark de la Universidad de Ohio, un experto en el estudio de ejercicios con imágenes mentales, especialmente en personas mayores, manejo del dolor y envejecimiento saludable, por lo que me encuentro prestándole más atención a medida que envejezco. El estudio siguió a personas sanas a las que se les enyesó las manos y las muñecas durante un mes. Ahora bien, es bien sabido que tener un yeso en un brazo o una pierna normalmente deja un apéndice mucho más débil cuando finalmente se quita el yeso. Pero este estudio innovador tuvo un sorprendente hallazgo contrario. El resultado principal fue que, si no hacía ejercicio para mejorar los efectos de la inmovilidad, su fuerza muscular se reducía en un 42 por ciento. Hasta ahora todo va bien… o, mejor dicho, mal. Pero si imaginaba que estaba haciendo ejercicio (es decir, simplemente pensaba en contraer los músculos del brazo y la muñeca sin hacerlo realmente), su fuerza muscular solo disminuía la mitad como mucho.
Un estudio previo encontró que se podía aumentar la fuerza muscular en el dedo en un 35% después de 12 semanas de hacer ejercicio mental únicamente, mientras que el ejercicio físico del mismo dedo aumentaba la fuerza en un 53%. Comprender que se puede obtener más de la mitad de los beneficios del ejercicio físico simplemente utilizando la imaginación es sorprendente y, como mínimo, podría sugerir un nuevo enfoque para los adictos a la televisión en todo el mundo. En lugar de alcanzar las Pringles, imagina que tus músculos se contraen vigorosamente durante los descansos de tus programas favoritos. (Para empezar, sugeriría centrarse en los abdominales, ya que todos queremos unos abdominales marcados).
¿Cuál es la conclusión sobre las comunicaciones? Hay muchas, pero muestran que lograr que un individuo o una audiencia se imagine realizando algún ejercicio o movimiento físico proporciona una gran parte del efecto de hacerlo realmente. Esto ya es bastante notable, pero la implicación adicional es que todavía tenemos una comprensión muy limitada del cerebro y de lo que es capaz de hacer. Necesitamos usar nuestra imaginación con más frecuencia y de maneras más específicas para comenzar a comprender todo el poder del cerebro.
A menudo escribo sobre la importancia de las imágenes mentales para los oradores, al igual que para los atletas olímpicos, para completar “carreras” o “rutinas” exitosas en el escenario. Ahora sabemos que no estarás simplemente formando imágenes mentales de tu discurso; Si te imaginas moviéndote con determinación en el escenario, al mismo tiempo también estarás tonificando tus músculos. Pero lo que realmente está en juego es la fuerte conexión entre cuerpo y mente. Cuando alguien es considerado “carismático”, parte de lo que estamos observando es la combinación de una presencia física y mental profundamente conectada. El carisma es fundamentalmente una toma de espacio física, además de emocional. Encarnamos nuestras emociones y nuestras intenciones, y es la intención humana la que nos ha mantenido mirándonos unos a otros durante milenios.
El trabajo para convertirse en un comunicador eficaz es explorar cómo está encarnando su intención: de forma clara, poderosa y consistente. Cualquier otra cosa enturbia los esfuerzos por inspirar a un equipo, liderar una organización o animar a una multitud. Al menos entendemos mejor lo que está en juego gracias a estudios brillantes como estos.
Nick Morgan Ph.D.
La Comunicación que importa
Publicado por Psycology Today.
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